Tengo una fosa nasal tapada y la garganta me raspa-arde-raspa. No son buenas señales y son sinónimos de quedarse en casa.

Hoy podría titular esta entrada: 'Cómo gastarse 57 pesos en cosas que no pensabas comprar, pero las viste y la plata te quemaba en las manos'.
¿Quién se puede resistir a una Comiqueando Extra, una Cinemanía con reportaje a Woody Allen y el tomo 21 del manga de Evangelion? ¿Cómo alguien no puede querer comprarse una hermosa remera de red, toda de red, absolutamente de red? Pero no todo es para mí, claro. Gasté plata en un regalo también. Un regalo para una amiga.
Adivinaron, soy compradora compulsiva, y últimamente estoy más vacía que llena, lo que me lleva a comprar y comprar (y a comer y a comer). Así es como mi dinero se va reduciendo a una velocidad alarmante, ¡y yo todavía tengo que sacar las entradas de Misfits y Riders on the Storm! Conmigo no hay billetera que aguante. Por suerte mi vieja se copó y me regaló la entrada de la fecha 1 del Quilmes Rock (Ozzy Osbourne, Korn, Rata Blanca, Black Label Society, Carajo), sino ya estaría despidiéndome mi plata en su totalidat.

Quiero aprender a ahorrar, ¡AAAAAAAAHHHH! ¿Alguna estrategia? ¿Un mantra que me pueda repetir?
Y encima ya no tengo trabajo y encima si consigo uno voy a morir por una combinación nociva de cansancio-responsabilidades-stress y encima quiero empezar violín... Qué cosas molestosas son el dinero y el tiempo.

Y hablando de tiempo...

Hoy nos devolvieron la hora que nos robaron vilmente para un plan de ahorro de energía que no sirvió para un carajo. Ah, no, perdón, Cristi, sirvió para desorientarnos durante un tiempo y preguntarnos qué mierda hacíamos cenando a plena luz del día.
Hoy tuvimos 25 horas.