Witsy witsy araña...

Qué calor sofocante que hace...
Son días extraños, me estoy dedicando más a los vicios y al placer que a cualquier otra cosa y eso no está tan cope si sabés que todavía te faltan rendir exámenes y esas cosas. En cuanto a cansancio es la peor semana de mi vida y ni hablar de lo que fue ayer después de que vino Ernesto y se mezcló con coca. Las 20 cuadras no se sintieron (a la ida) mientras por San Telmo, entre dibujos de elodio y calles empedradas, la botella pasaba de mano en mano. Qué fiesta de egresados copada que fue, hasta Minnie la pasó bomba (ehh.. ese voyeurismo casual, vió?) y los trajes de policía tenían toda la onda.
Hubo cupidos (o celestinas), pocas fotos, mucha deshidratación, agua (agua, agua, agua), nada de Sean Paul.
La caminata de vuelta se sintió y dejó ampollas y dedos colorados y pieces mugrosos. Pintó comer un pancho en una esquina de por ahí. Había una invasión de OCA en Barracas, doy fe.
Después pude dormir 1 hora que no bastó para sacarme la cara de destrucción pero sí para despeinarme muchísimo más, correrme el maquillaje y dejarme gusto feo en la boca. Partimos con destino al colegio en el autito feliz de la mamá de Babe Ramone que se quedó dando vueltas en su cama porque estaba en paja (¿y quién no?).
En el colegio yo no entendía nada, no podía concentrar mi atención en un punto fijo. Entramos al salón para rendir, abrí el librito mágico de la Psicología mágica y no miento si digo que conectar las palabras que estaba leyendo, o mejor dicho, tratando de leer, era para mí como hacer un esfuerzo sobrehumano.
Galassi es una profesora que, además de ser de piscis (?), considera que lo importante de las evaluaciones nunca jamás va a ser la nota, sino la asimilación de los contenidos de su materia y que aprendamos a relacionarlos con la vida cotidiana. Es por eso que me dijo que mejor la hiciera la próxima fecha (sí, hay una posibilidad de darla la semana que viene), porque así no tenía mucho sentido que diera una prueba. Dios te salve Galassi, esta vez la saqué barata por tenerla de profesora a usted y no a Bogado.
El calor hervidor (termidor?) de la tarde fue terrible. Picaba, ardía, te hacía sudar asquerosamente y pegarte a los asientos del colectivo. Di inglés en la UBA con la misma cara de zombie pero con la diferencia de que dormí una hora y media más. Nunca estudié para mis exámenes de inglés porque lo que aprendo se me queda grabado, así que a pesar de mi estado poco lúcido pude hacer la evaluación de comprehension (hay 3 exámenes más, están divididos) e irme con una sonrisa tomando una Gatorade Cool Blue por la calle Florida -endondemeencontréalGallegoyfueasaludarme-.