¿¡Pero qué hacés despierta a esta hora, infeliz!?

4:15 de la mañana y acá me tienen, a punto de escribir un post en vez de estar entre las sábanas de mi cómoda cómoda cama con colchón lindo y gordito y además con estampado escocés rojo y negro.
Me copé dibujando y no me copé para nada leyendo los dos textos que mañana tengo que rendir en inglés de la UBA. Ponele que jamás compré las fotocopias pero por suerte la profesora me mandó un mail *preocupadísima* por mi ausencia en las últimas (2 o 3?) clases y entre 'qué te anda pasando?' y otras preguntas preguntonas y frases que (no) me incentivarán a dejar de faltar porque sí o por alguna cosa, digamos, importante ('Sobre todo, no faltes más. Es lindo cuando venís, y cuando vienen todos.') me comentó los títulos de las fotocopias que tenía que comprar. Ahora, antes de que se me hagan las 6:40 (faaaaaaalta) y tenga que partir hacia Barracas en un 45 quizás lleno, quizás no, me dispongo a buscar los cuentos en internet y leerlos. Con un poco de suerte también me dispongo a aprobar.

Estresa ponerse a pensar lo que va a ser esta última semana de *pseudo*clases porque el Viernes tengo que rendir Educación Física, Biología y Psicología. Estas malditas gías. Decí que en Educación Física nomás voy a tener que correr sola como una idiota alrededor de una cancha durante 16 minutos, que sino... Y para colmo mañana -mentira, hoy- está esa porquería, ese acto de cierre del ciclo y tenemos que ir al polideportivo con una remera o distintivo del color que nos haya tocado (al azar) para hacer juegos pedorros que no me interesan ni un poco. Me tocó verde e Iri, como es una experta en ese color (?), me va a llevar una remera que dice COOL GIRL o alguna mamertada así. Pucha.

'La voluntad' de Caparrós y Anguita está en mis manos y así, ojeándolo un rato a la salida y oliendo cada una de las páginas que tocó el profesor de Historia (¿?) me encontré con cierto billetito viejo y paraguayo envuelto en papelito protector transparente y un par de boletos del 97. No lo tenía al profesor de coleccionista billeteril, estas cosas de las que uno se entera.

Así, porque me sobra el tiempo nomás (eso te gustaría, perra), les comento que tengo una nueva planta (no les importa un choto, no?). Una Cineraria Marítima que se llama Marina (acabo de caer en la cuenta de que así se llama mi profesora de inglés mandamails) y que tiene hojas realmente sexys, como afelpaditas. Elegí a Marina porque era la más chota de todas, era una especie de patito feo entre una docena de Cinerarias bien cuidaditas y todas narcisistas. Ya van a ver cuando Marina sea hermosa y se les caiga la cara de humillación, van a querer ahogarse en su propia clorofila.

Marina en camino a su esplendor.

Vestida en terciopelo está. Decime si eso no es sexy. Y decime si esas hojas no te hacen acordar a las astas de un Alce. Y el alce claro que te hace acordar a Canadá.

-EN FIN-

*suspiro*

Volví de mi baño nocturno, la segunda ducha del día, y esta situación siempre me da ganas de:
(a) cosas sexuales
(b) dormir
(c) cappuccino
Y hoy la opción más factible es el cappuccino, así que ¡a cappuccinear se ha dicho! (y a leer textos en inglés, fuck) (capaz me hago la viva y los leo en español, mwajajaja... claro, si están.)